domingo, 1 de octubre de 2017

¿La Iglesia debe meterse en política?

Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.
¿Les suena esta frase cierto?  Viene del Evangelio de Marcos, cap. 12 versiculo 17 donde fariseos y herodianos le preguntaba si era licito dar tributos al César.
Esa frase se utiliza mucho en la actualidad cuando la Iglesia (Católica, Evangelicas, etc.) opina sobre la contingencia. Los gobiernos y los movimientos sociales siempre han estado interesados en que la Iglesia apoye un determinado movimiento político, y cuando la opinión les favorece la aplauden pero cuando no citan esta frase.
¿Pero es bueno y recomendable que la Iglesia se meta en política?
La verdad es que habria que preguntarse cuándo la Iglesia NO se ha metido en política. La Biblia describe reinados donde Dios y el rey compartían el poder, donde la palabra del rey era la palabra de Dios, y hay muchos casos más en la historia. La separación de la Iglesia y el Estado es un evento relativamente reciente y asumo que para la Iglesia fue como perder un brazo. ¿Fue justa la separación? A mi me parece que si, sobre todo porque tanto poder hace que se pierda el norte de la causa cristiana. El amor a Dios y al prójimo comienza a parecerse mucho al amor al bolsillo.

Sin embargo, la Iglesia como cualquier otra organización de seres humanos tiene todo el derecho de participar en política, sobre todo cuando se pone el gran mandamiento dejado por Dios a los hombres: Amar al projimo como a si mismo.  Ahora cabe preguntarse ¿Cuando la Iglesia se involucra en política lo hace por amor al prójimo? 
Esa respuesta puede relativizarse. Practicamente cualquier acción puede interpretarse a la larga como algo en beneficio de nuestro projimo.  Pero siendo sinceros, muchas Iglesias se hacen amigas de candidatos con poder economico para poder tener mas iglesias, para satisfacer carreras personales y devolver favores, guardando silencio ante situaciones tan cotidianas como la cesantia, los tratos desiguales, o viendo como a las personas se les niega cada vez mas su calidad de tales.

La Iglesia tiene todo el derecho de opinar politicamente pero sin perder su norte que es Jesús, quien curiosamente no dejó nada escrito. Ningún evangelio lleva su  firma, ninguna carta, ninguna epistola. ¿Porqué sería eso? ¿se le habrá olvidado? No creo.  Por leyes la Biblia ya está más que llena. Al final los evangelios no tienen aporte en nuevas leyes sino en nuevas miradas. El discurso permanente te Cristo junto con el perdon de nuestros pecados es el poner la mirada del amor a Dios y al projimo como la piedra angular, como el marco de referencia al momento de leer cualquier cosa de la Biblia. 
Por tanto, nuestras labores humanas deben ir también en esa dirección. Hay gente con hambre. Y si bien siempre habrá pobreza, no debemos ignorar esas necesidades. 

La Iglesia tieen el derecho de opinar, y el deber de no dejarse manipular por el dinero ni por movimientos políticos que quieran buscar su favor a cambio de votos. Un cura, un pastor, tienen muchisima influencia, y si consienten en dejarse utilizar para pasar a llevar su fe para engañar a sus feligreses en favor de un candidato tal vez no deberian ser ni curas ni pastores. La historia está llena de ejemplos de altas autoridades eclesiasticas al servicio del dinero, y hoy es deber de los miembros de las Iglesias el darse cuenta y salir de aquellas congregaciones hipocritas con lideres corruptos.

Hay mucha pobreza y desigualdad en el mundo como para no darse cuenta de cuando la Iglesia está preocupada de sus propios bolsillos que de amar al projimo.