Antes de iniciar esta reflexión los invito a ver una página de La Biblia en Cuadros para Niños, un genial libro de Kenneth N. Tylor, inencontrable hoy en día y solo visto por los escaneos que me hizo llegar un buen amigo.
¿Cómo nos imaginamos el cielo?
La cultura popular nos muestra el cielo como un lugar donde cada uno viste de camisón blanco y toca un arpa sobre una nube. Sin embargo (aunque no se ve tan mal dicho panorama) es una idea equivocada.
Cuando niño mi padre me decía que era como un lugar maravilloso donde uno iba a pasarlo bien con todos sus seres queridos. No se porqué me imaginé a mi abuelito ya fallecido en una enorme sala blanca con pisos de nube jugando en una mesa de pool mientras mis tios estaban sentados descansando en sillones un poco más distantes.
Sin embargo la Biblia dice otra cosa sobre el cielo. Para ello pediré prestadas las palabras de la página Biblinfo que cita de la Biblia lo siguiente:
¿Qué dice la Biblia acerca del cielo? Está en la Biblia, Juan 14:2-3, "En la casa de mi Padre muchas moradas hay; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis".
El cielo está más allá de nuestra comprensión. Está en la Biblia, 1 Corintios 2:9, "Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre. Son las que Dios ha preparado para los que le aman".
¿Cómo describió el profeta Isaías el cielo? Está en la Biblia, Isaías 65:21-23, "Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos. No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos".
La paz reinará aun en el reino animal. Está en la Biblia, Isaías 65:25, "El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y el polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo Jehová".
Los incapacitados serán sanados. Está en la Biblia, Isaías 35:5-6, "Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad".
Dios vivirá con su pueblo y pondrá fin a la muerte, el llanto y el dolor. Está en la Biblia, Apocalipsis 21:3-4, "Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron".
Todo indica que el cielo es un lugar donde no tendremos la misma vida que conocemos acá. De hecho los vinculos como el matrimonio ya no serán validos, como dice Jesús en Mateo 22:30 "Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento sin serán como los ángeles de Dios en el cielo"
Me gusta mucho la manera en que se describe el cielo en la página citada al principio de esta reflexión, y citaré el texto aludido específicamente en Isaias 11: 6-9
6 El lobo morará con el cordero, Y el leopardo se echará con el cabrito. El becerro, el leoncillo y el animal doméstico andarán juntos, Y un niño los conducirá.Con todo, y aunque no soy católico, me quedan en la mente las palabras de Tomás de Aquino
7 La vaca con la osa pastará, Sus crías se echarán juntas, Y el león, como el buey, comerá paja.
8 El niño de pecho jugará junto a la cueva de la cobra, Y el niño destetado extenderá su mano sobre la guarida de la víbora.
9 No dañarán ni destruirán en todo Mi santo monte, Porque la tierra estará llena del conocimiento del SEÑOR Como las aguas cubren el mar (Isaias 11:6-10 Versión La Nueva Biblia de los Hispanos 2005)
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
Que, aunque no hubiera cielo, yo te amara,
Y, aunque no hubiera infierno te temiera.
Pareciera que algunos cristianos lo fueramos solo por la recompensa, ignorando el enorme beneficio que existe solo en el hecho de ser cristianos, solo en el hecho de vivir en armonía. Esto cobra mayor relevancia tras el culto del pasado domingo, donde el predicador dijera que no deberiamos esperar a morirnos para que llegue el cielo, pues nosotros mismos debemos comenzar ya a ser felices en Cristo, a gozar de nuestra fe.
Facundo Cabral, un cantautor argentino, en la canción Pedro Mendizabal retrata el cristianismo como de personas que sueñan con el cielo, dejando de vivir en la tierra.
A pesar que siempre dudé del cura y sus promesas
Le hice nueva iglesia donde el pobre sueña el cielo
Para que el estanciero pueda señorear sobre la tierra.
Sin duda es la visión de muchas personas, y tal vez la culpa es nuestra. Tal vez vivimos demasiado concentrados dentro de la iglesia o en torno a la Biblia, esperando la llegada de Cristo o nuestra muerte para poder ir al cielo. Sin embargo nuestro deber es vivir, ser vida, dar vida. Ser la luz entre las tinieblas. Vivir y gozar de nuestra fe. Hacer nuestro propio cielo en la tierra mientras esperamos la segunda venida. Contagiar alegría, paz, tranquilidad.
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