viernes, 6 de septiembre de 2013

El Mes de la Biblia

Septiembre es el mes de la Biblia tanto para católicos como para evangélicos. Una buena noticia pues entre nosotros nos tratamos como si fueramos de diferentes religiones, pero somos de la misma: cristianos. Eso si, poseemos diferentes denominaciones, estilos y por supuesto doctrinas, pero ambos creemos en la trinidad, en que Jesus es el camino al Padre, que el principal mandamiento es el amor, a Dios y al prójimo, creemos en poner la otra mejilla y en fin, en muchas otras cosas más.
Sin embargo tenemos nuestras diferencias y eso tal vez es bueno. Hasta el esposo y la esposa la tienen, pero no por eso dejan de ser matrimonio. También las tienen los padres y los hijos y no por eso dejan de ser familia.

Bueno como mes especial, quisiera hablarles un poco sobre el origen de este mes para la cristiandad. Hay dos fechas significativa tanto para los evangélicos como los católicos. Y para ello me basaré en algunos documentos encontrados anteriormente (ver archivos) mas los comentarios de algunos buenos amigos míos.

Para mis Hermanos Evangélicos.

Si bien la Biblia tiene una historia más antigua, para los lectores de habla hispana la fecha del 26 de septiembre de 1569 es importante pues es ahí donde don Casidoro de Reina traduce por primera vez la Biblia completa al español desde los textos originales en hebreo, griego y arameo.  Dado que Reina era anteriormente un religioso católico convertido al protestantismo tras la reforma de Lutero (1517) tuvo grandes dificultades económicas para poder finalizar su trabajo de traducción y para poder venderla, a lo que se suma la censura de los Calvinistas por incluir los libros deuterocanónicos en el orden alejandrino. (Recordemos que una de las razones por las que Lutero hizo su Reforma a la Iglesia fue que estimaba que los libros de la Biblia eran exclusivamente los del cánon hebreo y no el cánon griego o alejandrino que usan los católicos (son siete libros del Antiguo Testamento que se escribieron posterior a la dispersión de los Judios trás la conquista de Nabuodonosor en el año 605 a.C.). Por tanto, Lutero utilizó dichos libros como un "apéndice edificante" más no los consideró parte oficial de la Biblia). Estas razones seguramente influyeron en que se hiciera un número limitado de ediciones y de lectores. A su obra se le conoce como la Biblia del Oso, porque en su portada se diseñó la figura de un oso tratando de alcanzar un panal de miel. 

Pero esto no termina ahí. Poco después en 1602 su amigo Cipriano de Valera revisa y corrige esos textos
para hacerlos más fieles al idioma original. Pienso que dadas las dificultades de Reina para cumplir su tarea, era necesario un aporte posterior. Además, Valera aprovecha la ocasión para reordenar los libros deuterocanónicos dejandolos al final y así hacerla más compatible con la ortodoxia de la teocracia ginebrina. A esta revisión se le conoce como la Biblia del Cántaro, también gracias a la imagen de la portada, que representaba a dos personas a ambos lados de un árbol, uno de ellos con un plantón, y con otro regándolo desde un cántaro.
 
Con el tiempo se le siguieron haciendo revisiones, pero a nivel menor. Por eso estas dos revisiones principales dieron el nombre a la Biblia Reina-Valera, muy usada por buena parte del mundo evangélico y respetada en un circulo de los católicos, por su apego al idioma original. Eso si, a diferencia de otras versiones, ésta maneja un español un tanto "duro" que contiene redundancias y una redacción un tanto extraña, lo cual es justamente para evitar acomodos ligüísticos que puedan leerse como cambio de sentido. En otras palabras, esta versión es un poco dura, pero es una traducción tal cual de los idiomas originales. Es decir, invita a la investigación y a cumplir el mandamiento de escudriñar las escrituras, pero sin alterar el texto. Ya es sabido los problemas que genera la interpretación de un texto para que más encima se cambie una y otra vez.

Voviendo al tema, la versión Reina-Valera siguió tenido otras revisiones posteriores, de ortografía y puntuación, así como una bien importante en 1862 donde se les quitan los 7 libros deuterocanónicos por pertenecer al cánon alejandrino y no al hebreo. Seguramente se determinó que no era necesario tenerlos en la Biblia si no constituían cánon porque podían prestarse para confusión. 

Diversas revisiones siguen hasta el día de hoy, siempre buscando la utilización de un castellano más actual que todos puedan entender, y utilizando los nuevos descubrimientos de la ciencia idiomática, que hoy dicta que no es recomendable traducir palabra por palabra ya que al final lo importante es mantener el sentido. Versiones Reina - Valera existen hasta el día de hoy, sin embargo la mayoría de los evangélicos nos quedamos con la correspondiente a 1960, en mi caso personal porque me gusta que al ir al templo pueda leer exactamente las mismas palabras que leen otros hermanos, y sobre todo porque hay una tradición evangélica en mi familia donde hay versos que se repiten de memoria desde generaciones, y repetirlos con otras palabras generan una sensación de malestar y desasosiego.
 
Dentro de las actualizaciones al castellano que se han realizado desde la primera versión hasta ahora, podemos encontrar muchisimas palabras en desuso. Por ejemplo, dice la Biblia "en el diez de AQUESTE mes...". Aqueste significa "este" y puede inducir a errores por tanto se cambió. Otro ejemplo es la siguiente frase: "qué aprovecharía el hombre si GRANJEARE todo el mundo...".Se cambió "granjeare" por "ganare". Si bien los significados anterioes puede ser deducidos por si solos, este último ejemplo deja más clara esta necesidad de actualización: "Jehová dijo así: el cielo es mi SOLIO"  ¿Qué es solio? Sin duda habría que tener a mano un diccionario y de los buenos. Pero la Biblia debe ser universal, debe ser entendida tanto por familias humildes de lugares lejanos y por familias adineradas que viven en la capital. Por tanto, solio es cambiada por la palabra que corresponde a la actualidad: Trono.

Otros elementos eliminados son la utilización de los pronombres enclíticos. Nadie los usa. Se ven solo en los librs de texto escolar antiguos, y aunque se entienden a la perfección, al estar en desuso  es preferible sustituirlos por nuevos ya que el significado es el mismo. Es el caso de díjole, alabarele, guardólo.
Hay que recordar que la traducción de Reina-Valera se hizo en un castellano elegante. No se si los textos originales fueron escritos por gente que hablara tan bonito y refinado. Supongo que habrá que investigar más al respecto.



Para mis Hermanos Católicos

Como decía al principio, este mes es especial tanto para evangélicos como para católicos, y en ello me llevé
una grata sorpresa (cuando cada día descubro las muchas cosas que nos unen me alegra mucho el corazón). Bueno, en el caso de ellos, el mes de la Biblia se debe a la fecha del 30 de septiembre del año 382. Antes de eso, la Biblia consistía en muchas ediciones separadas. Estaba la traducción en griego del Antiguo Testamento (llamada  la Biblia de los 70, que a su vez fue una recopilación de todos los textos originales por separado en una sola edición, para la Biblioteca de Alejandría, entre el 285 y 246 a.C.). Aparte de esa Biblia de los 70, estaban todos los evangelios y libros del Nuevo Testamento que también estaban por separado. Una vez que el Papa Damaso I convoca el Sinodo de Roma en el año 382 d.C. para determinar cuál va a ser el cánon definitivo de libros que va a contener la Biblia, encarga a Jerónimo de Estridón la tarea de reunir todos esos libros y hacer una sola traducción, buena y de calidad,  al latín, pues hasta el momento las ediciones existentes (como la Vetus Latina) tenian varios traductores sin una sola edición uniforme. Así es como nace la Vulgata o edición para el pueblo ya que el latin era el idioma oficial de esos tiempos. Sin embargo al ser los libros copiados a mano (la imprenta llegaría en 1460) se manejaría y leeria solo en las iglesias, para las prédicas.

Tal como mencionaba anteriormente,  esta Biblia (partiendo de la traducción de los 70 en adelante) contiene los libros llamados deuterocanónicos, por tanto se le llama cánon griego o alejandrino, y es el que se mantiene hasta el dia de hoy en las traducciones más nuevas. Posterior a esto, en el año 1260, nace la Biblia Alfonsina, que es la traducción de la Vulgata al español.  Más recientemente, en 1793 y 1825 surgen similares traducciones. En Chile en 1928 se realiza también una traducción de la Vulgata.
 
Hoy tengo en mis manos dos excelentes Biblias católicas llamadas Biblia Latinoamerica (1972) y Biblia de Jerusalen (1998) y hay que destacar que utilizan un castellano mucho más actualizado, además que tiene introducciones y comentarios buenisimos donde buscan converger la religión con los descubrimientos científicos, brindan iluminación a pasajes duros de comprender a través de comentarios, y constantemente realizan advertencias sobre no tomarse literalmente algunos pasajes, pues cada libro de la Biblia tiene una intencionalidad y un contexto distinto: algunos son poéticos, otros son alegorías, otros históricos, etc.
Y tengo en la mira una tercera Biblia católica, llamada Biblia de Nuestro Pueblo. Si bien en los mensajes la palabra de Dios es la misma, pero tienen notas y comentarios que ayudan a ampliar los horizontes de interpretación y contextualización, tal como lo hacen sus pares evangélicas como las Biblias de Macarthur, del Diario Vivir y una clásica que es la de Scofield.



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